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Los 7 obradores locales ofrecen una amplia variedad de dulces que van desde los tradicionales hornazos y tortas hasta los pasioncitos y tentaciones
Morata de Tajuña vuelve a ser, estos días, el epicentro del sabor tradicional de la Semana Santa con sus ya famosos Dulces de Pasión que se unen a la repostería típica de estas fechas en una deliciosa ruta repostera por los 7 obradores del municipio que une historia, devoción y un sinfín de sabores.
Cada establecimiento del municipio ha puesto lo mejor de su obrador para ofrecer una experiencia única a vecinos y visitantes, con recetas heredadas de generación en generación que siguen conquistando los paladares más exigentes, pero también con nuevas propuestas:
- Panificadora Morateña, con sus tradicionales hornazos, tortas y cruces, son un buen ejemplo de la repostería tradicional de estas fechas, especialmente con sus hornazos, unos bollos de pasta y levadura al que se le añaden huevos crudos que se cuecen junto al bollo en el horno y que pueden ir adornados con un baño de azúcar y caramelos para los más pequeños.
- Panadería Paco Pan, nos deleita con sus suaves y sabrosos pasioncitos, pequeñas delicias de bizcocho rellenas de crema pastelera y recubiertas de almendras. También, ofrece clásicos hornazos y tortas de aceite, con un toque de anís y azúcar.
- Pastelería Real, una explosión de sabor con sus surtidos de hornazos, tortas, jugosas torrijas—pan empapado en leche, huevo y azúcar, frito y aromatizado con canela—y los icónicos pasioncitos, que pueden ir bañados en chocolate.
- Pastelería de la Torre, sus tentaciones, otro de los dulces de Pasión, combinan capas de hojaldre y crema con cobertura de chocolate; además, preparan sus tradicionales hornazos y torrijas caseros.
- Obrador El Carmen, Junto con sus cruces, elaboran distintas variedades de torrijas de sabores comon Kinder o Lotus, toda una novedad.
- Panadería Conejo, fiel a la tradición, ofrece sus deliciosos hornazos junto con tortas de anís ideales para compartir en familia el Domingo de Resurrección.
- La Dulcería, donde el aroma casero de los hornazos y tortas invita a detenerse y disfrutar de lo auténtico, con ingredientes sencillos como harina, aceite, huevo y un toque de cariño.
Esta ruta gastronómica, ya convertida en un reclamo turístico, invita a recorrer Morata de Tajuña bocado a bocado, en una mezcla de tradición y sabor que sólo puede vivirse en estas fechas. Un homenaje a la artesanía repostera y al alma de un pueblo que celebra la Semana Santa con azúcar, harina... y mucha pasión.