vallados vega

  • El Consistorio busca poner coto a la proliferación excesiva de cerramientos y avanza que es “el primer paso” para seguir protegiendo el entorno natural del municipio

“Se acabó el mirar para otro lado”. Con esta tajante afirmación, el alcalde de Morata de Tajuña, Fernando Villalaín, presentó, este jueves en el pleno ordinario, la nueva ordenanza reguladora de Vallados en Suelo No urbanizable, una normativa con la que el Ayuntamiento pretende poner coto a la proliferación de vallados en el entorno natural, especialmente en la vega del Tajuña.

La ordenanza, que fue aprobada con los votos a favor del PP, el voto en contra del PSOE y la abstención de Morata en Común, y que ahora permanecerá 30 días en exposición pública hasta su aprobación definitiva, es un primer paso para limitar el excesivo número de vallados que existen en el término municipal, especialmente en la vega, y cuyo control ha sido laxo al no existir una normativa específica en las Normas Subsidiarias Municipales, fijadas en 1992, y que  no contemplan medidas de protección de este tipo, como si lo hace la nueva ordenanza, creada a imagen de otras aprobadas en localidades vecinas como Chinchón, y bajo las directrices de la Dirección General de Urbanismo de la Comunidad de Madrid.

La nueva ordenanza cuenta con las consideraciones de la Comunidad de Regantes, que ahora se convierte en una pieza clave para aprobar cualquier vallado. Así, todo cerramiento deberá contar no sólo con la solicitud dirigida a los servicios técnicos municipales, sino también el informe emitido por la Comunidad de Regantes.

con la licencia de obra menor acompañada de una memoria de la actuación y de un presupuesto de ejecución, sino con el visto bueno de la Comunidad de Regantes de la Vega de Morata de Tajuña, en aquellas parcelas que formen parte de ésta.

Entre otras consideraciones, los cerramientos deberán tener una altura máxima de 2,5 metros, evitar el impacto visual, no poner en riesgo la conservación de la flora y fauna o retranquearse hasta dos metros de los caminos.

“Este es un primer paso para proteger nuestra vega, pero vendrán más”, avanzó el primer edil, subrayando que “se protege la vega con hechos y con palabras”, y agradeciendo la implicación de la Comunidad de Regantes en una normativa que “va en serio. No es una marcha atrás, sino que supone el momento de respetar y de hacer cumplir las normas”.

 

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